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2da. a Timoteo
Principal Filemón TITO
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Capítulo 11:1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a
la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según
la piedad,
Requisitos de ancianos y obispos 1:5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo
deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo
te mandé;
Capítulo 22:2 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 2:3 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 2:4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 2:5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. 2:6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; 2:7 presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, 2:8 palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. 2:9 Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 2:10 no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. 2:11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 2:12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 2:14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. 2:15 Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie. Capítulo 33:2 Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. 3:3 Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. 3:4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 3:6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 3:7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. 3:8 Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. 3:9 Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. 3:10 Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, 3:11 sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio. Instrucciones personales 3:12 Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico,
apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí
he determinado pasar el invierno.
Salutaciones y bendición final 3:15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que
nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén.
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Juan
6:53 De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que
come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el
día postrero. El que
come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Este es
el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y
murieron; |
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