|
|
1ra. a Timoteo
Principal Tito TIMOTEO
Haga 'clic' sobre el capítulo al que desee ir
Capítulo 11:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según
la promesa de la vida que es en Cristo Jesús,
Testificando de Cristo 1:3 Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia,
de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;
Capítulo 22:2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 2:4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 2:5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 2:6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 2:7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. 2:8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, 2:9 en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. 2:10 Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. 2:11 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; 2:12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. 2:13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo. Un obrero aprobado 2:14 Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 2:16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 2:17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 2:18 que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. 2:19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 2:20 Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 2:21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. 2:22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 2:23 Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. 2:24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 2:26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él. Capítulo 33:2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3:3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 3:4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 3:5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. 3:6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. 3:7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. 3:8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. 3:9 Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos. 3:10 Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, 3:11 persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. 3:12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; 3:13 mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 3:14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; 3:15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 3:17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Capítulo 44:2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 4:3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4:4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 4:5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. 4:6 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Instrucciones personales 4:9 Procura venir pronto a verme,
Saludos y bendición final 4:19 Saluda a Prisca y a Aquila,
y a la casa de Onesíforo.
|
Juan
6:53 De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que
come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el
día postrero. El que
come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Este es
el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y
murieron; |
|