Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su
interior correrán ríos de agua viva.
Juan 7:37-38 |
| |
1ra. de Juan
Principal
3ra. de Juan
Segunda Epístola de
SAN JUAN APÓSTOL
Salutación
1 El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo
amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que
han conocido la verdad,
2 a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para
siempre con nosotros:
3 Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del
Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.
Permaneced en la doctrina de Cristo
4 Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos
andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre.
5 Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un
nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos
amemos unos a otros.
6 Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este
es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis
oído desde el principio.
7 Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no
confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador
y el anticristo.
8 Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de
vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.
9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina
de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo,
ése sí tiene al Padre y al Hijo.
10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis
en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!
11 Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas
obras.
Espero ir a vosotros
12 Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por
medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara,
para que nuestro gozo sea cumplido.
13 Los hijos de tu hermana, la elegida, te saludan. Amén.
Volver arriba
1ra. de Juan
Principal
3ra. de Juan
| |
Juan
6:53
Jesús
les dijo:
De
cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y
bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que
come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el
día postrero.
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que
come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me
come, él también vivirá por mí.
Este es
el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y
murieron;
el que come
de este pan, vivirá eternamente.
|