Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su
interior correrán ríos de agua viva.
Juan 7:37-38 |
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LA
SANTA BIBLIA
Si alguno tiene sed, venga a mí y
beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura,
de su interior correrán ríos de agua viva.
Jesucristo (Juan 7:37-38)
1 INTRODUCCIÓN
Biblia, también llamada Santa Biblia, libro sagrado o Escrituras, de judíos y
cristianos. Sin embargo, las Biblias del judaísmo y del cristianismo difieren en
varios aspectos importantes.
La Biblia judía son las escrituras hebreas, 39
libros escritos en su versión original en hebreo, a excepción de unas pocas
partes que fueron redactadas en arameo.
La Biblia cristiana consta de dos
partes: el Antiguo Testamento y los 27 libros del
Nuevo Testamento.
Las dos
principales ramas del cristianismo estructuran el Antiguo Testamento de modo
algo diferente. La exégesis del Antiguo Testamento leída por los católicos es la
Biblia del judaísmo más otros siete libros y adiciones (véase la tabla adjunta).
Algunos de los libros adicionales fueron escritos en su versión primitiva en
griego, al igual que el Nuevo Testamento. Por su parte, la traducción
protestante del Antiguo Testamento se limita a los 39 libros de la Biblia judía.
Los demás libros y adiciones son denominados apócrifos por los protestantes y
libros deuterocanónicos por los católicos.
El término Biblia llegó al latín del griego biblia o ‘libros’, forma diminutiva
de byblos, el término para ‘papiro’ o ‘papel’ que se exportaba desde el antiguo
puerto fenicio de Biblos. En la edad media, los libros de la Biblia eran
considerados como una entidad unificada.
2 ORDEN DE LOS LIBROS
El orden y el número de los libros es distinto entre las versiones judía,
protestante y católica de la Biblia.
La Biblia del judaísmo se divide en tres
partes bien diferenciadas: la Torá, o Ley, también llamada libros de Moisés;
Profetas, o Neviím, dividida en Profetas Antiguos y Profetas Posteriores; y
Hagiográficos, o Ketuvim, que incluye Salmos, los libros sapienciales y
literatura diversa.
El Antiguo Testamento cristiano organiza los libros según su
contenido: el Pentateuco, que se corresponde con la Torá; los libros históricos;
los libros poéticos o sapienciales, y los libros proféticos. Hay quienes han
percibido en esta organización una cierta sensibilidad en cuanto a la
perspectiva histórica de los libros: primero, los relativos al pasado; a
continuación, los que hablan del presente; por último, los orientados hacia el
futuro.
Las versiones protestante y católica del Antiguo Testamento ordenan los
libros en la misma secuencia, aunque los protestantes incluyen sólo los libros
que aparecen en la Biblia judía.
El Nuevo Testamento incluye los cuatro Evangelios; los Hechos de los Apóstoles,
que es la historia de los primeros tiempos del cristianismo; las Epístolas, o
cartas, de Pablo y otros autores; y el Apocalipsis o Libro de la Revelación.
Algunos libros identificados como epístolas —en particular la Epístola a los
Hebreos— son en realidad tratados teológicos.
3 USO
La Biblia es un libro religioso, no sólo en virtud de su contenido, sino también
del uso que le dan cristianos y judíos. Se lee en la práctica totalidad de los
servicios de culto público, sus palabras conforman la base de la predicación y
la instrucción, y se emplea en el culto y estudio privados. El lenguaje de la
Biblia ha moldeado y dado forma a las oraciones, liturgia e himnos del judaísmo
y del cristianismo. Sin la Biblia, estas dos religiones habrían sido mudas.
Tanto la importancia reconocida como la real de la Biblia difieren de una forma
considerable entre las diversas subdivisiones del judaísmo y del cristianismo,
aunque todos sus fieles le atribuyen un mayor o menor grado de autoridad. Muchos
reconocen que la Biblia es la guía íntegra y suficiente para todos los asuntos
de la fe y de su práctica; por su parte, otros respetan la autoridad de la
Biblia a la luz de la tradición o de la continuidad de la fe y de la práctica de
la Iglesia desde los tiempos de los apóstoles.
4 INSPIRACIÓN BÍBLICA
Los primeros cristianos heredaron del judaísmo una concepción de las Escrituras
que daba por sentado que constituían una fuente autorizada. En un principio no
se propuso ninguna doctrina formal acerca de la inspiración de las Escrituras,
como es el caso del islam, que sostiene que el Corán fue dictado desde los
cielos. Sin embargo, por lo general los cristianos creían que la Biblia contenía
la palabra de Dios tal y como fue transmitida por su Espíritu: primero a través
de los patriarcas y profetas y más tarde por boca de los apóstoles (ver
Apocalipsis). De hecho, los autores de los libros del Nuevo Testamento aludieron
a la autoridad de las Escrituras hebreas en apoyo de sus alegaciones con
respecto a Jesucristo.
La doctrina de la inspiración de la Biblia por el Espíritu Santo y de la
infalibilidad de su contenido surgió en realidad durante el siglo XIX como
respuesta al desarrollo de la crítica bíblica, estudios científicos que parecían
poner en entredicho el origen divino de la Biblia. Esta doctrina sostiene que
Dios es autor de la Biblia; por eso la Biblia es Su palabra. Los científicos
bíblicos y los teólogos han propuesto numerosas teorías para explicar esta
doctrina, que van desde un dictado verbal directo de las Escrituras por Dios,
hasta una iluminación que ayudó al autor inspirado a comprender la verdad que
expresaba, tanto si ésta era revelada como aprendida por la experiencia.
5 IMPORTANCIA E INFLUENCIA
La importancia e influencia de la Biblia entre cristianos y judíos puede
explicarse, en general, en términos externos e internos. La explicación externa
es el poder de la tradición, de las costumbres y del credo: grupos religiosos
que manifiestan estar guiados por la Biblia. En cierto sentido, el verdadero
autor de las Escrituras es la comunidad religiosa, que las desarrolló, las
reverenció, las utilizó y las canonizó (es decir, las incluyó en listas de
libros bíblicos reconocidos de una forma oficial). Por otra parte, la
explicación interna es lo que numerosos cristianos y judíos continúan sintiendo
como poder del propio contenido de los libros bíblicos. El antiguo Israel y la
primitiva Iglesia conocían muchos más textos religiosos que los que constituyen
la Biblia actual. Sin embargo, los escritos bíblicos fueron venerados y
utilizados por lo que decían y por cómo lo decían. Fueron canonizados con rango
oficial porque la gran mayoría de los creyentes los utilizaba y creía en ellos.
La Biblia es el auténtico documento fundamental del judaísmo y del cristianismo.
Es de público conocimiento que la Biblia, en sus centenares de diferentes
traducciones, es el libro de mayor difusión en la historia de la humanidad. Es
más: en todas sus formas, la Biblia ha sido influyente hasta llegar a extremos
insólitos, y no sólo entre las comunidades religiosas que la consideran sagrada
y la reverencian. En especial, la literatura, el arte y la música del mundo
occidental tienen una enorme deuda con los temas, motivos e imágenes de la
Biblia. Algunas traducciones al inglés, como la así llamada “Biblia Autorizada”
(o versión del rey Jacobo, 1611) o la traducción de la Biblia al alemán por
Martín Lutero (terminada en 1534), no sólo influyeron en la literatura sino que
también promovieron el desarrollo de ambos idiomas. Estos efectos siguen
vigentes en las naciones en proceso de formación, donde las traducciones de la
Biblia a la lengua vernácula contribuyen a moldear las tradiciones lingüísticas
futuras.
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Juan
6:53
Jesús
les dijo:
De
cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y
bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que
come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el
día postrero.
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que
come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me
come, él también vivirá por mí.
Este es
el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y
murieron;
el que come
de este pan, vivirá eternamente.
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