LA IGLESIA PRIMITIVA DE CRISTO
La Iglesia Primitiva del Señor Jesucristo como se revela en el Nuevo Testamento

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Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.Ezequiel 47. 1Zacarias 14. 8

Juan 7:37-38

 

Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis (perdonen) los pecados, les son remitidos (perdonados); y a quienes se los retuviereis (no les perdonen), les son retenidos (no le serán perdonados).Mateo 16. 19Mateo 18. 8

Ver: Juan 20:23

Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.Mateo 10. 10Lucas 10. 7

Ver: 1 Corintios 9:14

 

No somos nosotros sino Dios mismo, quien a través del Espíritu Santo, llama a sus hijos a convertirse en discípulos (sacerdotes), diáconos, pastores, evangelistas, y supervisores. En este orden.

No puedes ser un pastor si antes no fuiste un diácono. No puedes ser un diácono si antes no fuiste un discípulo. Y no puedes ser un discípulo si antes no haz recibido el bautismo del Espíritu Santo.

Jesús preparó a sus discípulos antes de que ellos iniciaran su ministerio. Esto se muestra claramente en todo el nuevo testamento, y las ultimas lecciones en la ultima cena cuando Jesús lava los pies a los apóstoles.

El mas grande, es el que sirve, protege, y ayuda a los demás.

Ser un discípulo de Cristo, -Sacerdote de la Iglesia de Dios-, es vivir en la plenitud del Espíritu Santo, esto significa que usted debe estar bautizado en arrepentimiento de todos sus pecados y en el convencimiento de que Jesús es su salvador y maestro. Por esto, no se puede bautizar alguien que no haya cumplido con el misterio del bautismo, el creyente debe arrepentirse de todas sus maldades pasadas y haber recibido la doctrina cristiana que explica en si misma el Plan de Dios para la redención de los pecados y la vida eterna.

Si usted aún no se ha bautizado, entonces solicite una audiencia de bautizo en línea, o busque a un ministro que sea fiel a la Iglesia Primitiva de Jesucristo en la ciudad en donde usted reside, a que le bautice en el nombre de Jesucristo, conforme dicen los evangelios. (Vea: Bautizo)

Si ya es un Cristiano bautizado, (Sacerdote), y ha cumplido con su misión de Diácono por lo menos un año previo al ordenamiento como un Sacerdote Ministro de la Iglesia de Jesucristo, debes cumplir con los siguientes pedidos que son en beneficio suyo propio como también de la Iglesia:

  1. Debe estar registrado, por lo menos con un año de anticipación como un Discípulo, (Sacerdote), de la Iglesia Primitiva de Cristo. Y haber demostrado una participación activa en el aprendizaje de la doctrina cristiana. Si aún no se ha registrado, hágalo ahora mismo.
  2. Debe haber servido como un Diácono, (Servidor de la Iglesia de Dios), en este ministerio de la Iglesia Primitiva de Cristo, o en cualquier otra Iglesia fiel a la Iglesia Primitiva de Cristo.
  3. Debe haber completado sus estudios sobre la Iglesia Primitiva De Cristo como se muestra en los Evangelios, esta guía fue preparada para que pueda comprender mejor su misión como un nuevo ministro.
  4. Debe solicitar su ordenamiento indicando (por escrito) las razones por las cuales deseas ordenarse y envíe su mensaje vía correo electrónico a: info@evangelioscristianos.org

 


Ministros

de Dios. Sal 103:21; 104:4; Heb. 1:7 (sacerdotes). Ex. 28; Heb. 10:11

dignos de honor y obediencia. 1 Ts. 5:12,13; 1 Ti. 5:17; Heb. 13:17

de Cristo. 1 Co. 3:5; 4:1; 2 Co. 3:6; 6; Ef. 3:7; 6:21

cualidades de. 1 Ti. 3; Tit 1; 1 P. 5

SOBRE LOS FALSOS MINISTROS

falsos, profecías y descripción. Jer. 5:13, 6:13, Ez. 14:9, 22:25, Os. 9:7; Mi. 2:11, 3:11; Sof. 3:4; Mt. 24:4; Hch. 13:6, 20:29; 2 Co. 1:13; 1 Ti. 1:6, 4:1, 6:3; 2 Ti. 3:8; Tit. 1:11; 2 P. 2; Jud. 1:4; Ap. 2:1, 14:20

no prestar oídos a. Dt. 13:1; Mt. 24:5; Col. 2:8; 1 Ti. 1:4; 4:1, Heb. 13:9; 2 P. 2; 1 Jn. 4:1; 2 Jn. 1:10; Ap. 2:14

cómo probar y evitar a. Is. 8:20; Ro. 16:17; Tit. 3:10; 1 Jn. 4:2,3; 2 Jn. 1:10

condenación. Dt. 13:1; 18:20; Is. 8:20, 9:15; Jer. 28:15; Ez. 13:8, 14:10; Mi. 3:6; Ga. 1:8; 2 Ti. 3:9; 2 P. 2:1; Jud. 1:4,10,16

 


"Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación." Joel 1:13

 

EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA

"Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir." (Is. 48:17)

"No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas(1) se vendimian uvas [vendimiar = Recoger el fruto de las viñas.]. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca." (Lc. 6:43-45)

La creación de este "buen tesoro del corazón", (contrario a lo que predican los ricos), no se refiere a un tesoro de grandes cuentas bancarias, de perseguir insaciablemente la prosperidad económica e imputarle a Dios tus progresos económicos, a poner tu nombre en grandes letreros, a publicar avisos sobre lo importante que eres, a tener enormes negocios, propiedades acumuladas, o bienes materiales. Tampoco se refiere a construir y donar grandes iglesias ni edificios para la congregación, ni a dar una limosna de vez en cuando a un pobre para sentirte salvo, ni a explotar miserablemente a tu prójimo. No se refiere tampoco a robar a un pobre para vivir como rico, no se refiere a nada de eso, "el buen tesoro en el corazón" se refiere a "la capacidad que tiene cada uno de nosotros de almacenar amor sincero en esa gran bodega que es tu propio corazón". Este es el "buen tesoro" que Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo su hijo, quieren que nosotros construyamos en nuestro propio corazón.

La salvación no se compra con dinero. Los ricos, al igual que los pobres, penosamente también tendrán que responder ante Dios Padre y el Hijo en su día del juicio final. 

Los pobres, -ya lo dijo nuestro señor Jesucristo-, son bienaventurados y a ellos es a quienes pertenece el reino de los cielos.

Pero los ricos, como él mismo lo recalcó, si tienen mucho que tapar y mucho que justificar, principalmente su propia mala conciencia, su avaricia, su actitud oportunista, su codicia, su psicodependencia a la acumulación de bienes; ellos, junto a los falsos pastores y maestros, los amigos de los ricos, y los defensores de los ricos, nunca dejaran de inventar nuevas doctrinas, falsas doctrinas, y re-escribirán la Biblia en cada oportunidad que tengan.

Si bien Jesucristo ya no está físicamente con nosotros para decirles personalmente: "alto a tanta sinvergüencería", su palabra y su espíritu si permanecen siempre con nosotros. Véase: Despertad #9

Sus mandamientos e instrucciones sobre lo que es la verdadera vida cristiana están claramente escritos en la Biblia.

Los falsos Pastores y Maestros, bajo la "falsa" enseñanza de "cree en Cristo y ya eres salvo", se han dado ellos mismos la rienda suelta a cometer toda clase de atropellos.

Creer en el Hijo, creer en Jesucristo significa muchas cosas, significa "creer" en su mensaje de salvación y obedecer, aceptar y cumplir las condiciones del nuevo pacto. Significa también escuchar su voz y su llamado, "aceptar" sus mandamientos y cumplirlos, seguir fielmente sus enseñanzas, aceptar todas y cada una de las condiciones del nuevo pacto, seguir fielmente sus instrucciones y enseñanzas. Significa amar al Padre por sobre todas las cosas, amar al prójimo como nos amamos nosotros mismos, compartir el pan y el vino con el prójimo a quien debemos amar como a nosotros mismos, y también significa muchas otras cosas mas que se detallan en la Santa Biblia.

 

Iglesia de la Misericordia
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REVISTA
LA GAZZETTA

Vol 10, Num 7

El Pueblo
De Dios

Vea como Dios separa a su pueblo del resto del mundo y lo santifica.

Presentación en PowerPoint

Juan 6:53
Jesús les dijo:

De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 

El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 

Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron;
el que come
de este pan, vivirá eternamente.


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Juan 6:44

Ninguno puede venir a mí,
si el Padre que me envió no le trajere;
y yo le resucitaré en el día postrero. 

Escrito está en los profetas:
Y serán todos enseñados por Dios.Isaias 54. 13
Así que, todo aquel que oyó al Padre,
y aprendió de él, viene a mí. 
No que alguno haya visto al Padre,
sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. 

De cierto, de cierto os digo: 
El que cree en mí, tiene vida eterna.

Yo soy el pan de vida.

Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.
Este es el pan que desciende del cielo,
para que el que de él come, no muera. 

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan,
vivirá para siempre;
y el pan que yo daré es mi carne,
la cual yo daré por la vida del mundo.

John 6:44

None you can come to me,
if the Father who sent me does not draw him; and I will raise him up at the last day. 

Written is in the prophets:
And they will all be taught by God.Isaias 54. 13
So, everyone who heard the Father,
and learned from him, he comes to me. 
Not that any have seen the Father,
but the one who came from God; he hath seen the Father. 

Indeed, indeed true I tell you: 
Whoever believes in me has eternal life.

I am the bread of life.

Your parents they ate manna in the desert, and died.
This is the bread that comes down from heaven,
lest he that eats of it die. 

I am the living bread that came down from heaven; if anyone eats of this bread,
will live forever;
and the bread that I will give is my flesh,
which I will give for the life of the world.

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