Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su
interior correrán ríos de agua viva.
Juan 7:37-38 |
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Anuncio de Jesús
¿A quién vituperaste, y a quién blasfemaste?
¿Contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el
Santo de Israel. ( Isaías 37:23 )
Entonces él les dijo:
¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer
todo lo que los profetas han dicho! ¿No
era necesario que el
Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. (Lucas 24:25-27)
Miraba yo en la visión de la noche, y he
aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que
vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Y le fue dado dominio, gloria y reino para que todos los pueblos,
naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es dominio eterno, que
nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. (Daniel 7:13-14)
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He
aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo,
y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa
desechar lo malo y escoger lo bueno. ( Isaías 7:14-15 )
Reinado justo del Mesías
Isaías 11:1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago
retoñará de sus raíces.
11:2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder,
espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
11:3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No
juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan
sus oídos;
11:4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con
equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la
vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al
impío.
11:5 Y será la justicia cinto de sus lomos,
y la fidelidad ceñidor de su cintura.
11:6 Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito
se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán
juntos, y un niño los pastoreará.
11:7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el
león como el buey comerá paja.
11:8 Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el
recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la
víbora.
11:9 No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte;
porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las
aguas cubren el mar.
11:10 Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí,
la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por
las gentes; y su habitación será gloriosa.
11:11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará
otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún
quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y
en las costas del mar.
11:12 Y levantará pendón a las naciones, y juntará los
desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los
cuatro confines de la tierra.
11:13 Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá
serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá
afligirá a Efraín;
11:14 sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al
occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán.
11:15 Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará
su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en
sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias.
11:16 Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que
quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que
subió de la tierra de Egipto. |
Nacimiento y reinado del Mesías
Isaías 9:1 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora
en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que
livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a
la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino
del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.
9:2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que
moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre
ellos.
9:3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se
alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se
gozan cuando reparten despojos.
9:4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro,
y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.
9:5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de
la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados,
pasto del fuego.
9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
9:7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre
el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y
confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para
siempre.
El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
La ira de Jehová contra Israel
9:8 El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel.
9:9 Y la sabrá todo el pueblo, Efraín y los moradores de
Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen:
9:10 Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería;
cortaron los cabrahigos, pero en su lugar pondremos cedros.
9:11 Pero Jehová levantará los enemigos de Rezín contra él, y
juntará a sus enemigos;
9:12 del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y a
boca llena devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su
furor, sino que todavía su mano está extendida.
9:13 Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba, ni
buscó a Jehová de los ejércitos.
9:14 Y Jehová cortará de Israel cabeza y cola, rama y caña en un
mismo día.
9:15 El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta
que enseña mentira, es la cola.
9:16 Porque los gobernadores de este pueblo son engañadores, y
sus gobernados se pierden.
9:17 Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus
jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia;
porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla
despropósitos. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que
todavía su mano está extendida.
9:18 Porque la maldad se encendió como fuego, cardos y espinos
devorará; y se encenderá en lo espeso del bosque, y serán
alzados como remolinos de humo.
9:19 Por la ira de Jehová de los ejércitos se oscureció la
tierra, y será el pueblo como pasto del fuego; el hombre no
tendrá piedad de su hermano.
9:20 Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y
comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la
carne de su brazo;
9:21 Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá.
Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano
está extendida.
Capítulo 10
10:1 ¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben
tiranía,
10:2 para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el
derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las
viudas, y robar a los huérfanos!
10:3 ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis
para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En
dónde dejaréis vuestra gloria?
10:4 Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos
caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su
mano está extendida.
Asiria, instrumento de Dios
10:5 Oh Asiria,
vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira.
10:6 Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de
mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y
lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.
10:7 Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de
esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar
naciones no pocas.
10:8 Porque él dice: Mis príncipes, ¿no son todos reyes?
10:9 ¿No es Calno como Carquemis, Hamat como Arfad, y Samaria
como Damasco?
10:10 Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus
imágenes más que las de Jerusalén y de Samaria;
10:11 como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a
Jerusalén y a sus ídolos?
10:12 Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda
su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto
de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la
altivez de sus ojos.
10:13 Porque dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y con mi
sabiduría, porque he sido prudente; quité los territorios de los
pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes a los
que estaban sentados;
10:14 y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y
como se recogen los huevos abandonados, así me apoderé yo de
toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, ni abriese boca y
graznase.
10:15 ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se
ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el
báculo levantase al que lo levanta; como si levantase la vara al
que no es leño!
10:16 Por esto el Señor, Jehová de los ejércitos, enviará
debilidad sobre sus robustos, y debajo de su gloria encenderá
una hoguera como ardor de fuego.
10:17 Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama,
que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.
10:18 La gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá
totalmente, alma y cuerpo, y vendrá a ser como abanderado en
derrota.
10:19 Y los árboles que queden en su bosque serán en número que
un niño los pueda contar.
10:20 Acontecerá en aquel tiempo, que los que hayan quedado de
Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca más se
apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán con verdad en
Jehová, el Santo de Israel.
10:21 El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al
Dios fuerte.
10:22 Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del
mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada
rebosará justicia.
10:23 Pues el Señor, Jehová de los ejércitos, hará consumación
ya determinada en medio de la tierra.
10:24 Por tanto el Señor, Jehová de los ejércitos, dice así:
Pueblo mío, morador de Sión, no temas de Asiria. Con vara te
herirá, y contra ti alzará su palo, a la manera de Egipto;
10:25 mas de aquí a muy poco tiempo se acabará mi furor y mi
enojo, para destrucción de ellos.
10:26 Y levantará Jehová de los ejércitos azote contra él como
la matanza de Madián en la peña de Oreb, y alzará su vara sobre
el mar como hizo por la vía de Egipto.
10:27 Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu
hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de
la unción.
10:28 Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su
ejército.
10:29 Pasaron el vado; se alojaron en Geba; Ramá tembló; Gabaa
de Saúl huyó.
10:30 Grita en alta voz, hija de Galim; haz que se oiga hacia
Lais, pobrecilla Anatot.
10:31 Madmena se alborotó; los moradores de Gebim huyen.
10:32 Aún vendrá día cuando reposará en Nob; alzará su mano al
monte de la hija de Sión, al collado de Jerusalén.
10:33 He aquí el Señor, Jehová de los ejércitos, desgajará el
ramaje con violencia, y los árboles de gran altura serán
cortados, y los altos serán humillados.
10:34 Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano
caerá con estruendo.
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El Siervo de Jehová
Isaías 42:1 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en
quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi
Espíritu; él traerá justicia a las naciones.
42:2 No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las
calles.
42:3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que
humeare; por medio de la verdad traerá justicia.
42:4 No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la
tierra justicia; y las costas esperarán su ley.
42:5 Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los
despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da
aliento al pueblo que mora sobre ella,
y espíritu a los que por ella andan:
42:6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la
mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de
las naciones,
42:7 para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de
la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en
tinieblas.
42:8 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria,
ni mi alabanza a esculturas.
42:9 He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio
cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.
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Recompensa de los que guardan el pacto de Dios
56:1 Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque
cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para
manifestarse.
56:2 Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre
que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y
que guarda su mano de hacer todo mal.
56:3 Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me
apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He
aquí yo soy árbol seco.
56:4 Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días
de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto,
56:5 yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y
nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré,
que nunca perecerá.
56:6 Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para
servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a
todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y
abracen mi pacto,
56:7 yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa
de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos
sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para
todos los pueblos.
56:8 Dice Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos de
Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.
56:9 Todas las bestias del campo, todas las fieras del bosque,
venid a devorar.
56:10 Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos
ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman
el dormir.
56:11 Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores
mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios
caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su
lado.
56:12 Venid, dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y
será el día de mañana como este, o mucho más excelente.
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El verdadero ayuno
58:1 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como
trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de
Jacob su pecado.
58:2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como
gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley
de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a
Dios.
58:3 ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos
nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el
día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a
todos vuestros trabajadores.
58:4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir
con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra
voz sea oída en lo alto.
58:5 ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre
su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de
cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a
Jehová?
58:6 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las
ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir
libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
58:7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres
errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo
cubras, y no te escondas de tu hermano?
58:8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se
dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria
de Jehová será tu retaguardia.
58:9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él:
Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo
amenazador, y el hablar vanidad;
58:10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma
afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será
como el mediodía.
58:11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu
alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y
como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
58:12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos
de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador
de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
La observancia del día de reposo
58:13 Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu
voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso
de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni
buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras,
58:14 entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre
las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob
tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado. |
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Juan
6:53
Jesús
les dijo:
De
cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y
bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que
come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el
día postrero.
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que
come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me
come, él también vivirá por mí.
Este es
el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y
murieron;
el que come
de este pan, vivirá eternamente.
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