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El Señor Jesús
nos dejo un mandamiento que
él mismo fue el
primero en cumplir: |
Nos ordena que nos amemos
los unos a los otros, ... como EL nos ha amado.
Pero, ... ¿con que derecho nos exige el señor Jesucristo que nos amemos los
unos a los otros?
La respuesta es muy simple: Nadie puede demostrar mas amor que
aquel que entregó su propia vida por sus amigos.
El ejemplo del amor que Él nos
muestra es lo que en verdad se espera de un verdadero
amigo.
Su ejemplo es tan claro y es tan genuino que para El
fue algo muy normal y natural dar la vida por sus amigos,
mientras para la mayoría de personas en este mundo, esto
parece ser algo imposible.
Este mandamiento va dirigido a la sobrevivencia
misma de la raza humana; y es quizás
también la principal piedra de tropiezo que separa y corrompe a la
mayoría de cristianos.
¿De que nos sirve leer los evangelios
noche y día si no nos entregamos al amor sincero?
¿Qué
importa cuantas iglesias construyas o a cuantas iglesias
asistas si no sabes amar
como Jesucristo ama?
¿De que nos sirve predicar lo que
el
corazón no conoce?
¿Cómo es posible que personas
que tienen su corazón sellado al amor se llamen
cristianos a si mismos?
No habremos de entrar al
cielo si no quebramos al orgullo primero.
La vida del
cristiano es una vida de sacrificio y de penitencia. Si nuestro cuerpo
es el templo del Espíritu de Dios, entonces nuestros
actos son la medicina que necesita el mundo.
La vida de todo cristiano es una vida de
absoluta entrega
a los demás. No es la vida de ser "servido" sino de
"servir". No es la vida de "pedir" sino de "dar". No es la
vida de "acumular" sino de "dar y compartir sin medida". No es la vida de
"perseguir la riqueza" sino de "perseguir al amor".
Por
estas razones y mas es que nace la misión encomendada a
Pedro para que apaciente a las ovejas del Señor.
El Señor Jesús nos llama
a que formemos
parte de su Iglesia. No a unirnos a la iglesia del
fulano, sutano o mengano; sino a SU iglesia, la iglesia que el
mismo fundó en Jerusalem, la Iglesia Primitiva del Señor Jesucristo.
No a iglesias fundadas e inventadas por hombres, ni a
iglesias que se autodenominan como cristianas y hasta
llevan el nombre de "Cristiana" o "Católica", sino a la
única iglesia de Dios Padre que EL mismo edificó con sus
apóstoles. La Iglesia Primitiva del Señor Jesucristo.
No solamente nos dirige a ella para mantenernos
persistentes en la unidad cristiana; sino también
para darnos la oportunidad de aprender de sus palabras,
de practicar que mismo es "amar", y como
darnos amor mutuamente, -los unos a los otros-, como Él ya nos
amo.
El Señor Jesucristo no espera una
unidad de humanos arrogantes y orgullosos sino una
unidad de hermanos humildes, todos dadores y
ofrendadores de amor, de
protección, de compasión, y otorgadores de una vida feliz a
todos sus hermanos. Todos siempre
llenos de afecto sincero, afecto para "dar" y "compartir". Dar
y compartir sin medida.
Nos
escogió para ser sus amigos
El Señor Jesús (Yashúa) nos
trata como sus amigos. Amigos a quienes el Padre mismo eligió
y nos
entregó al Señor Jesús para mostrarnos el camino a la
salvación y la vida eterna. El
no nos llama
"esclavos" sino "amigos".
Una vez ya escogidos por el Padre, ya no tenemos que mirar a Dios
Padre
desde lejos. Ya no somos como los esclavos que no tienen
el menor derecho a entrar a la presencia de su amo; ni
como las multitudes que solo consiguen vislumbrar al
rey cuando pasa en alguna ocasión especial por delante
de ellos.
Jesús nos
introduce en una perfecta intimidad con Dios para
nunca jamás considerarlo como un extraño inasequible
sino como nuestro amigo mas sincero, mas honesto, mas
amoroso, y más íntimo.
Oración
Gracias Dios mío por
concedernos el entendimiento de lo que esperas de
nosotros y por ser tolerante a nuestra ignorancia, a
nuestros pecados, y a nuestra
desidia en entender, aprender y seguir todas estas cosas que se
nos revelas poco a
poco.
Perdónanos Señor Dios del Universo como nosotros también perdonamos a los
que nos ofenden, y no nos dejes caer en tentación.
Hoy, hemos aprendido sobre las razones para las que
nos elegiste y sabemos que Jesús es el ejemplo que
debemos seguir hoy y siempre, comprendiendo que amar no tiene
límites, y que ese es el amor que Tú nos revelas en
el Señor Jesucristo.
Líbranos Señor de
todo mal. Te lo pedimos en el nombre de tu hijo Jesucristo.
Amén.